Por qué el estado físico es importante para las personas con discapacidades
Por Michael Merschel, ÃÛÑ¿´«Ã½ News
Steven Peace se convirtió en experto en el valor del estado físico de la manera más difícil forma imaginable.
En el 2006, cuando tenía 32 años y era teniente de la Marina viviendo solo en San Diego, tuvo un derrame cerebral. No lo encontraron hasta pasadas 14 horas, y pasó varios meses recuperándose en un hospital. "No podía caminar. No podía hablar. Solo estaba ahí, tendido en la cama", dijo él.
Su lado derecho estaba paralizado y, aunque su capacidad de pensar y hablar mejoraba lentamente, después de unos seis meses se dio cuenta de que nunca iba a ser el mismo. "Y eso fue aplastante", dijo Peace. Pero se dijo a sí mismo, "'Puedes quedarte sentado sin hacer nada o puedes levantarte y hacerlo todo'. Y tomé la decisión de salir y hacerlo todo".
Llevó su nivel de actividad hasta los límites, se convirtió en un paraciclista que ha ganado competencias nacionales e internacionales y compitió en los Juegos Paralímpicos de 2012.
Peace dice que, más allá de las medallas, estar activo fue fundamental para su recuperación. La diferencia entre dónde comenzó y dónde está ahora "es de la noche al día. Totalmente".
Son pocos los que podrían igualar los logros atléticos de Peace, pero los expertos dicen que unos objetivos más sencillos en cuanto a la forma física son alcanzables, y esenciales, para las personas que enfrentan desafíos similares debido a problemas cardiovasculares.
"No tenemos que ser atletas olímpicos para estar saludables", dijo la Dra. Marlís González-Fernández, profesora asociada de medicina física y rehabilitación, y también de cirugía ortopédica, en la Facultad de Medicina de Johns Hopkins University en Baltimore. "Pero tenemos que estar en movimiento. El reposo en cama y la inactividad son el enemigo".
En el 2022, más de 70 millones de adultos en Estados Unidos habían informado una discapacidad, según los de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades.
Las señalan que los adultos con discapacidades, pero capaces de hacer ejercicio, deben hacer semanalmente al menos 150 minutos de actividad aeróbica de intensidad moderada o 75 minutos de actividad física aeróbica de intensidad vigorosa. Quienes puedan, también deben realizar actividades de fortalecimiento muscular, como mínimo de intensidad moderada, dos o más días a la semana. Las personas que no puedan alcanzar estos niveles deben participar en actividad física regular "según sus capacidades y deben evitar la inactividad", indican las pautas federales.
Las recomiendan que los supervivientes de un ataque o derrame cerebral realicen al menos 10 minutos de actividad aeróbica de intensidad moderada cuatro veces por semana o al menos 20 minutos de actividad vigorosa dos veces por semana. Para los supervivientes de un ataque cerebral que permanecen sentados durante largos períodos de tiempo, la interrupción del tiempo sedentario con tan poco como tres minutos de pie o ejercicio ligero cada 30 minutos puede ser de ayuda, señalan las pautas.
"Para todos nosotros, la salud cardiovascular es realmente importante", dijo la Dra. Sangeetha Madhavan, profesora de terapia física en la Universidad de Illinois Chicago. Pero Madhavan, quien dirige el Laboratorio de Plasticidad Cerebral de dicha universidad, dijo que el ejercicio se convierte en algo aún más importante para las personas que se recuperan de un derrame cerebral.
En primer lugar, quienes han tenido un derrame cerebral pueden tener un riesgo más alto de experimentar otro o un ataque cardíaco, dijo ella. El ejercicio puede reducir ese riesgo.
Los beneficios psicológicos del ejercicio también son importantes. Después de un derrame cerebral son comunes la depresión y la ansiedad, dijo Madhavan, porque las personas lidian con la súbita pérdida de independencia o con los ajustes a los desafíos de la limitación física.
El buen estado físico es fundamental para la recuperación física o funcional después de un derrame cerebral, dijo ella, porque contribuye al proceso de neuroplasticidad, la capacidad del cerebro para reconocer y formar nuevas conexiones neurales.
Por ejemplo, que sugieren que un superviviente de un derrame cerebral podría estimular tales conexiones a los miembros paralizados ejercitando los miembros saludables. Por ejemplo, una persona con la mano izquierda paralizada podría ver beneficios si hace entrenamiento de fortaleza con la mano derecha, dijo Madhavan.
González-Fernández dijo que la aptitud física es a la vez importante y retadora para las personas que han tenido amputaciones debido a la diabetes o la enfermedad arterial periférica. Las personas con estas afecciones de salud tienden a haber sido menos activas, y la pérdida de las extremidades puede acrecentar ese problema.
Pero después de una amputación, a las personas se les anima a comenzar a ser activas, incluso antes de que dispongan de un dispositivo prostético, dijo González-Fernández. "La inactividad es realmente un factor de riesgo para muchas afecciones crónicas y para peores resultados de salud", dijo ella. Alguien con una amputación por encima de la rodilla que usa una prótesis para caminar quizás necesite quemar el doble de la energía que alguien que no usa prótesis.
Pero, según el , solo el 14% de los adultos con discapacidades cumplen con las pautas, tanto aeróbicas como para el fortalecimiento muscular, para una buena salud, en comparación con el 23% de los adultos sin discapacidades.
González-Fernández dijo que el principal obstáculo que ella ve para la rehabilitación puede ser la imposibilidad de una persona para visualizar cómo puede alcanzar sus objetivos en la vida. "Y la respuesta siempre es: tú puedes lograr esos objetivos", dijo ella. "Solo que, quizás sea de forma un poco diferente".
El primer paso para estar activo puede ser trabajar con un profesional para determinar una meta razonable, dijo Madhavan. "Para algunos tal vez sea, 'quiero correr un maratón' o 'quiero caminar un maratón'. Para otros, quizás sea, 'solo quiero caminar por el pasillo sin caerme'. Con la forma física de lo que se trata es de alcanzar el objetivo que te has propuesto".
Un profesional puede ayudar a emparejar objetivos y ejercicios, y desglosarlos en pasos alcanzables, dijo ella. "Si quiero caminar por el pasillo sin caerme, primero tengo que trabajar en mi equilibrio y movilidad, y después puedo aumentar mi resistencia".
La mayoría de las personas empezarán con actividad supervisada, dijo González-Fernández, y "comenzarán por encontrar la forma de moverse por la casa y de realizar actividades dentro de sus propios entornos para poder ser independientes".
Después de eso, dijo Madhavan, un plan para mejorar la forma física tal vez incluya más movimiento, algo de entrenamiento para fortaleza o simplemente la aceleración del ritmo cardíaco "saliendo a caminar, o quizás subiendo a una cinta de correr o una bicicleta".
Un profesional puede ayudar a clarificar qué es posible y cómo lograrlo, dijo ella.
Los ejercicios aeróbicos pueden ser importantes para la plasticidad del cerebro, dijo Madhavan, y algunas investigaciones recientes en supervivientes de derrame cerebral sugieren que el ejercicio de alta intensidad quizás sea mejor que el de moderada intensidad. Pero hasta el baile tiene beneficios, dijo ella. "Quizás sea con movimientos lentos, y quizás bailes solo una vez a la semana".
El punto es que "hacer cualquier cosa es mejor que hacer nada", dijo ella.
Al inicio, los ejercicios para las personas con una discapacidad física tal vez solo contemplen pararse, usar un andador o realizar ejercicios con los brazos, dijo González-Fernández. Con el tiempo, las personas pueden graduarse de programas de ejercicios supervisados a programas que pueden llevar a cabo en el hogar o en un gimnasio.
"Para la mayoría de la gente, nuestra primera recomendación es que caminen". dijo ella. La natación funciona para muchas personas, al igual que las bicicletas reclinadas. "Hay muy poco riesgo de caídas y recibes ese acondicionamiento cardiovascular" sin forzar las articulaciones.
Incluso si las personas ya no pueden usar las piernas, pueden recurrir a dispositivos que les permiten usar las manos para dar vuelta a los pedales, dijo Madhavan. "Hay muchos aparatos y centros de acondicionamiento físico que permiten adaptaciones".
Peace dijo que le han pedido consejos personas de todos los niveles de capacidad. Algunas han competido como ciclistas; algunas nunca han pedaleado. Su primera pregunta es: "¿vas a pedalear para competir o vas a pedalear para recrearte?" A partir de ahí, él trabaja para emparejarlas con el tipo de equipo que necesitarán.
El consejo general de Peace para otras personas es sencillo.
"Pruébalo todo", dijo él. "Yo probé el ciclismo. Me gustó. Está el baloncesto en silla de ruedas, está el tenis en silla de ruedas, está cada deporte que te puedas imaginar". Los Juegos Paralímpicos que se llevan a cabo en París incluyen otros deportes, como voleibol sentado y parabádminton. Hay algunas actividades para las que tal vez digas, "No voy a hacer eso otra vez. Y hay otras que encontrarás que son como, 'Oye, pasé un rato bastante bueno'".
Estar activo, dijo Peace, "cambia completamente a alguien". Y no solo físicamente.
"Cuando comencé a pedalear por primera vez en la bicicleta reclinada, pienso que lo principal fue la camaradería", dijo él. La investigación ha mostrado que el puede ser una complicación grave para los supervivientes de un derrame cerebral.
Salir y conocer a otras personas le ayudó a encontrar su voz, literalmente. Algunas personas que han tenido un derrame cerebral, dijo él, "no hablan muy bien". Pero si tienes que hablar con la persona que está a tu lado, "esto mejorará. Y todo sucede cuando tienes que trabajar con personas".
Aunque ya no compite, Peace entrena y dirige a otros. Y todavía pedalea cinco días a la semana, a veces por las calles, a veces en la bicicleta de entrenamiento en su garaje. Está agradecido por la ayuda que recibió y ansioso por ayudar a otros.
Mantenerme en forma, dijo él, "me ha colocado en una posición en la cual me siento mejor acerca de mí mismo, y tan solo eso, eso es mejor de lo que podría pedir".