¿Los videojuegos pueden elevar los niveles de la buena salud?
Por Michael Merschel, ÃÛÑ¿´«Ã½ News
Podría suponer que calificar a los videojuegos como algo malo para la salud sería igual de fácil como dispararle a los patos de un viejo juego de Nintendo.
Hasta un videojugador profesional como Noah "Nifty" Francis, de 22 años, admite que a estos jugadores no se les conoce por sus buenos hábitos. Francis, quien juega Counter-Strike: Global Offensive para el equipo Envy de Dallas, conoce a colegas que juegan 14 horas a la vez, enfocándose tanto en el juego que se les olvida comer. "Muchos de ellos son tan delgados que se ven un poco frágiles, quizás porque solo se alimentan una vez al día".
Aunque nadie está sugiriendo que cambie su membresía del gimnasio por una suscripción de videojuegos, resulta que hay cosas peores que podría estar haciendo en su tiempo libre, dicen los expertos. Mantener las cosas balanceadas es la clave para evitar los tropiezos.
A menos de que juegue algo realmente peligroso, podría ser que la principal amenaza para la salud que presentan los videojuegos no fueran las arenas movedizas o los escorpiones mutantes. Es más bien el sedentarismo, las actividades que no gastan mucha energía, como el ver la televisión o viajar en un automóvil como pasajero.
Básicamente, la conducta sedentaria es mal para uno, dijo Tracie Barnett, profesora asociada del departamento de medicina familiar de la Universidad McGill en Montreal. Ya se "estableció definitivamente que aumentan el riesgo de muerte por todas las causas", dijo Barnett, quien, en 2018, dirigió el comité de redacción de la de la ÃÛÑ¿´«Ã½.
Ese informe indicó que el tiempo en pantalla parece ser un factor contribuyente para que los niños aumenten de peso. Sin embargo, Barnett también comentó que muchos estudios acerca del tiempo en pantalla juntan a los videojuegos, a los periodos de computadora y al ver televisión, dentro de una sola categoría. "Yo no diría que todo el tiempo frente a la pantalla es igual".
En un estudio de 2012 en el los participantes fueron asignados a ver televisión o a un juego que se efectuaba con un controlador, o a uno controlado a través del movimiento. Asimismo, se colocó cerca un surtido de golosinas. Cada uno de los grupos consumió más calorías que las que utilizaron, pero el mayor consumo neto fue el del grupo que vio la televisión, mientras que el menor se dio en el grupo que jugó el videojuego controlado con movimiento.
En 2005, en una evaluación de estudios publicada en el también se encontró que los videojuegos eran un poco mejores que el tiempo dedicado frente a una pantalla en forma sedentaria.
Por lo general, los juegos que promueven el movimiento, llamados "ejercijuegos", fueron mejores que no hacer nada, dijo Barnett. Las federales recomiendan que los adultos hagan por lo menos 150 minutos semanales de actividad aeróbica de intensidad moderada, o 75 minutos por semana de actividad aeróbica vigorosa. También se induce "un beneficio enorme" cuando alguien pasa de no hacer nada de actividad, a ejercitarse por lo menos unos 15 minutos al día, dijo Barnett.
Eso podría afectar a mucha gente. Se aproxima que unas 214 millones de personas en Estados Unidos practican los videojuegos, un 64% de los adultos y un 70% de los niños, de acuerdo con la , un grupo comercial de la industria.
Las investigaciones también han mostrado que los videojuegos pueden . Inclusive, el poder de motivación que imparten los juegos puede inspirar conductas saludables, dijo Daehyoung Lee, profesor asistente del departamento de ciencias humanas aplicadas de la Universidad de Minnesota en Duluth.
No obstante, Lee, quien ayudó a desarrollar una app para fomentar , indicó que existen límites en cuanto a los beneficios que pueden aportar los videojuegos.
"Los videojuegos activos y las apps de acondicionamiento físico a través del juego son una forma creativa para reducir los periodos largos sedentarios, sobre todo en personas que no realizan mucha actividad física; sin embargo, pero se limitan a tener un rol complementario", Lee dijo. "Debemos perseguir el ejercicio verdadero y la actividad regular para poder satisfacer las pautas de actividad física recomendadas y lograr beneficios para la salud".
Jugar videojuegos antes de acostarse también puede desorganizar los patrones de sueño, señaló Lee, y hay personas a quienes les cuesta trabajo parar. La Asociación Psiquiátrica Americana reconoce el "trastorno de juegos de internet" como un que acaban "sufriendo impedimentos o aflicciones" por jugar.
Los padres que buscan imponer límites seguros para el tiempo en pantalla en general, pueden informarse con la , la cual recomienda eliminar las pantallas en las recámaras, a las horas de comer y cuando los niños jueguen con sus padres, además de apagarlas una hora antes de dormir.
En cuanto a los adultos, Barnett dice que es buena idea alejarse de los juegos por unos cinco a diez minutos cada media hora, o de 15 a 20 minutos cada hora. También hay que mantener un balance saludable con el resto de las actividades de vida. "Pase tiempo afuera y asegúrese de interactuar con los demás en persona".
Estos días, el equilibrio es lo que Francis trata de lograr después de haber jugado profesionalmente desde los 14 años. Convenció a su equipo a contratar a un entrenador personal y aprendió a cocinar comidas saludables en casa. También comenzó a ir al gimnasio de cinco a seis veces por semana. (Las muestran que el ejercicio incluso puede ayudar al desempeño que se da en los videojuegos).
Francis comenta que ha sentido la diferencia que ha surgido por los cambios en su estilo de vida. Se siente más creativo y menos adormilado. Eso es vital para alguien como él que participa en torneos donde se juegan decenas de miles de dólares. "Si te hace un 5% mejor, o hasta un 1%, me lo quedo".
Roberto CarasasFigueroa juega por menos desafíos. Este joven de 30 años que vive en Carrollton, Texas, ha pasado muchas noches en frente de la pantalla. Cuando era más chico a veces jugaba hasta las 5 o 6 de la mañana, a menudo alimentándose con solo un burrito congelado.
Hoy en día juega unas ocho horas diarias en lo que vuelve a encontrar empleo debido al coronavirus.
En años recientes también cayó en la cuenta de que se había convertido en un ejemplo típico del estereotipo poco sano de un jugador. Fue por eso que comenzó a comer alimentos más saludables y a hacer más ejercicio. Con esos cambios adelgazó de 250 a unas 160 libras.
Dijo que su intención es seguir jugando, pero que era el momento de iniciar mejores hábitos.
"Tengo burritos congelados en el refrigerador", admitió. "Pero, ¿saben?, llevan ahí un buen rato".
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