Las visitas de la temporada de fin de año, incluso con las vacunas, son un acto de equilibrio para las familias
Por Michael Merschel, ÃÛÑ¿´«Ã½ News
Annie Clement tiene muchos sentimientos en torno a ir o no ir a la gran reunión tradicional de su familia en esta temporada de fin de año.
El año pasado fue la primera vez en sus 43 años que no volvió a casa para la Navidad. Para este, se emocionó cuando por fin estuvo disponible la vacuna COVID-19 para su hija de 10 años, Hazel Clement-Weber. Eso le permitió empezar a pensar en una visita.
A Clement tuvo menos ilusión al contemplar que estaría cerca de familiares que no se toman el virus tan en serio como ella.
"Todo esto me estresa", dice Clement, profesora de un colegio comunitario de Rochester, Minnesota.
Con 28 millones de niños de 5 a 11 años que ya pueden vacunarse, muchas familias se enfrentarán a problemáticas similares. Los expertos afirman que la clave para sobrellevarlas reside en una combinación de comprender los riesgos y los beneficios, aceptando que cada persona tiene diferentes prioridades, y hablando abiertamente de lo que más importa.
"Creo que la gente debería disfrutar de sus vacaciones en la medida en que se sienta cómoda", dijo la Dra. Jennifer Su, cardióloga pediátrica del Hospital Infantil de Los Ángeles. "Sería miope de mi parte aplicar una afirmación general de que cada familia debe hacer una cosa específica".
Aunque disponer de una vacuna para los niños es "un avance increíble", agregó, los factores de riesgo se acumulan durante la temporada de las fiestas. El frío hace que la gente se mantenga en interiores. Mientras celebran, tienden a bajar la guardia.
"Eso introduce un riesgo porque se desconoce la situación de las personas a nuestro alrededor", dijo Su. "Cuando se introducen más y más personas, el riesgo también aumenta un poco más. Con los viajes, también sube; y, cuando hablamos específicamente de las personas que no están vacunadas, el riesgo es aún mayor".
No obstante, dijo, "tenemos que sopesar eso con el hecho de que llevamos un año y medio aislados". Muchas personas han vivido pérdidas durante ese periodo; "y, ciertamente, estamos en una época del año en la que quizá también queramos buscar más apoyo social".
Asimismo, hemos recorrido un largo camino desde donde estábamos el invierno pasado, dijo Su. "Eso se debe en gran medida a que gran parte de nuestra población ya está vacunada, sobre todo los grupos con mayores riesgos".
Por su parte, eso significa que las reuniones de fin de año pueden hacerse "de manera relativamente segura". Aún así, las prácticas de protección, como el uso de mascarillas en público, el lavado regular de manos y otras medidas indicadas por los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades, siguen siendo importantes.
"Si no está vacunado, debe hacerse una prueba tanto antes como después de viajar, para así asegurarse de que no está transmitiendo el virus sin saberlo", dijo. Cualquier persona con también debería hacerse la prueba. "Podría tratarse de COVID, y realmente dudo que alguien quiera arriesgar a toda la familia".
Las familias deben saber dónde pueden hacerse la prueba rápidamente y podrían considerar llevar kits de prueba al viajar. También deben mantenerse flexibles en cuanto a los planes.
"No vamos a reducir los riesgos a cero con nuestras recomendaciones", dijo Su, pero podemos limitarlos a un nivel cómodo.
Por supuesto, es probable que los miembros de la familia tengan diferentes niveles de comodidad, dijo Eve Wittenberg, investigadora científica del Centro para la Ciencia de las Decisiones de Salud en la Escuela T.H. Chan de Salud Pública de Harvard en Boston.
Gracias a las vacunas y los tratamientos contra COVID-19, Wittenberg dijo que lo que está en juego ahora es menor que en 2020 para la mayoría de las personas. Pero no para todos.
"Sobre todo cuando se trata de las familias. Entre más personas se estén tomando en cuenta, mayores las probabilidades de que alguien no esté totalmente protegido, aunque estén vacunados", indicó.
Por lo tanto, las familias deben de calcular. Por un lado, está el riesgo: nadie quiere exponer al coronavirus a un abuelo frágil o, para el caso, a un amable auxiliar de vuelo. Por otro lado, está el beneficio de las conexiones familiares.
La mejor manera de abordar esa decisión, según Wittenberg, es abiertamente.
Las familias deben ser "muy claras y directas acerca de los riesgos y las compensaciones", dijo, no para presionar a nadie, sino para identificar "los pequeños mecanismos" que impulsan las elecciones de cada persona.
Las soluciones posibles surgen cuando la gente define claramente su objetivo principal, ya sea continuar con la tradición o proteger la salud.
Si una persona dice que quiere reunirse, pero la salud de todos es una preocupación primordial, los demás podrían acordar organizar una reunión más pequeña, llevar mascarillas o incluso acordar que todos se vacunen primero. También podrían decidir no reunirse en persona.
La gente seguirá discutiendo, dijo Wittenberg, porque eso "forma parte del ser humano". Sin embargo, cuando la gente identifica y aísla lo que es importante, acaba tomando una decisión que concuerda con esa prioridad. "Eso es en general cuando la gente se siente cómoda".
Para las vacaciones de este año, Su, su marido y sus hijos, de 6 y 2 años, planean ir en coche a casa de los abuelos. Todas las personas que cumplan los requisitos habrán sido vacunadas, por lo que no se pondrán mascarillas cuando la familia se reúna en interiores. "Decidimos que ese era el riesgo que podemos aceptar".
Clement había sopesado los riesgos y había hecho planes para pasar la Navidad en el rancho de Dakota del Sur en el que creció. Ella y su marido están vacunados, y supuso que su hija también lo estaría.
Sin embargo, el día antes de que Hazel fuera a ser vacunada, dio positivo en la prueba de COVID-19. Afortunadamente, sólo fue un caso leve.
Sus planes de vacunación están en suspenso, pero como Hazel tiene ahora cierta inmunidad, sus planes de viaje siguen intactos.
De todos modos tendrá cierta preocupación. Tiene amigos que acaban de perder a miembros de su familia a causa de COVID-19, y su familia ampliada tiene antecedentes de enfermedades cardíacas, un factor de riesgo subyacente para COVID-19 grave.
Espera que cuando todo haya terminado en esta temporada, "el único estrés haya sido el de la familia y no el de COVID", y que "hayamos estado juntos y sigamos todos sanos".
Nota del editor: Debido a los eventos en rápida evolución que rodean el coronavirus, los hechos y consejos presentados en esta historia pueden haber cambiado desde su publicación. Visite Heart.org para obtener la información más reciente y consulte con los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades y los funcionarios de salud locales para obtener la orientación más reciente.
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